miércoles, 27 de abril de 2016

Trances y baladas tristes (II)

Nunca he tocado mármol más tibio que el de tu piel.
Nada habría más vulgar que perderte.
Y te miré
-ya sabes-
como quien escucha la estampida del destino
y (te) encontré por fin,
en esa voz
que sólo tienen aquellos que cosen los rotos
con la paciencia
de quien cree en lo que espera.
Esa voz
hoguera, fervor, vigía,
centinela, viento de mi vela,
punto de mira y Sol,
que me habló con cara de
ven que voy a borrar tu nombre
de la frase superventas del olvido,
de la alargada sombra del ayer.
Corramos mientras dure la carrera
hoy no habrá final fatal, mi Dulcinea.
Mejor te quiero así,
sin tiempos, sin guión, sin argumento;
corramos mientras dure
que dure hasta que acabe
y que nunca termine
hagamos testamento.
-Las cremalleras de todas las bocas
entonces se abrieron-
La poesía inundó las tabernas
colgaron guirnaldas
los hombres sin nombre
tomaron las calles
mi ciudad de repente tuvo mar
marcamos un gol por la escuadra
al porvenir.
Fueron todo boleros.
Y ya
por la noche
derrotados
de tantas victorias
escribimos en el libro de difuntos
de todas las canciones tristes:
"Fijo que nos vemos pronto."

miércoles, 13 de abril de 2016

Trances y baladas tristes (I)

A la dulce alevosía del runrún del porvenir.
A los que buscan.
A los que no encuentran.
A ti, que no me lees.
A todos los poetas.

Es poco lo que tengo
simple corazón, sin timón rebeldía
pero ya ves, mi bien, te ofrezco
ser de viento
en este amor velero,
el infierno a cuentagotas
el cielo en miligramos
gacelas de barro.
Tú me regalas
el manual de escape
de esta ciudad sangrante
pinceles para el alma
fuego a dentelladas
y la ternura
de terciopelo en almíbar
de cuando bajas la guardia
de las semanas frías,
y rosas, sin pudor,
mi amor,
destilas.
Entonces lo supe.
Que hay personas que son como dormir
con el pijama de domingo.
Como el solo roto de trompeta
que precede a la melosa decadencia
de esa inevitable canción de jazz.
Como ese ruido de incertidumbre
cuando sabes que algo nuevo
-y grande-
va a sonar.
Yo lo supe.
Me lo gritó tu nuca caliente
tus manos hogar
tu espalda cielo
recogiendo mis maltrechas lágrimas
mientras se me caían
desde el balcón del tedio.
Ese lenguaje brillante
que va más allá de las palabras
y que sólo entiendes
cuando escondes los pies
y extiendes las alas.

lunes, 4 de abril de 2016

Notita aclaratoria

Y que sí 
que a veces a mí 
también me gustaría 
ser un poco menos yo 
ser menos lunes 
ser más tangible 
menos revólver 
más apacible. 
Pero es que no puedo. 
Y es así. 
Simplemente 
no puedo. 
(Digo no puedo para maquillar el no quiero) 
Y es así. 
Y no quise 
cuando pude. 
Y ahora 
no podré 
cuando quiera.
Y qué bien vivo con ello.